Nuevo protocolo de Madrid para los ancianos que viven en residencias de cara a la Navidad

Los ancianos sin anticuerpos de coronavirus que viven en residencias de Madrid podrán salir de ellas estas Navidades durante un mínimo de tres días, a un único domicilio y solo si se relacionan con una misma burbuja de convivencia, según el nuevo protocolo de medidas para estos centros elaborado por las consejerías de Sanidad y Políticas Sociales, que ya avanzó a este diario hace dos días el nuevo consejero, Javier Luengo. “Si ya han pasado el covid podrán salir con cierta normalidad. Si no, haremos un control mayor. Como mínimo deberán salir tres días y deberán volver a la residencia un día laborable. Les haremos un test de antígeno y durante 48 horas estarán en una zona amarilla de contacto restringido. A las 48 horas les haremos un nuevo test”, detalló Luengo en una entrevista con EL PAÍS.

Ambas consejerías reconocen que son el grupo de mayor riesgo, pero entienden que “para preservar su salud es muy importante que mantengan las relaciones sociales”. “La llegada de unas fiestas eminentemente familiares está produciendo un menoscabo relevante en la salud de estas personas”, añaden. Por ello, ambas consejerías han tomado la decisión de ponderar la situación epidemiológica de Madrid y la situación serológica de cada residente para diseñar una estrategia sanitaria “lo más individualizada posible de acuerdo a criterios razonables, objetivos y de proporcionalidad”.

Este protocolo establece que desde el 23 de diciembre de 2020 al 6 de enero de 2021 se autorizan de manera temporal las salidas de los centros de forma más prolongada. Estas salidas deben diferenciarse en función de la inmunidad de cada residente:

– Residentes con IgG + en los seis meses previos, es decir, con anticuerpos de covid-19 tras haber pasado la enfermedad. Se les permiten salidas por vacaciones y para eventos familiares (cenas, comidas) sin más limitaciones que las dispuestas para la población general y las que cada centro disponga a efectos organizativos.

– Los residentes con IgG –. Pueden salir, pero con controles. Las salidas deben ser por un mínimo de tres días, restringidas a un único domicilio y manteniendo una burbuja de convivencia estable. Estos usuarios deben realizarse una prueba diagnóstica de infección activa a la vuelta al centro. Para facilitar la logística, la vuelta al centro debe realizarse en día laborable.

Si el geriátrico cuenta con personal de enfermería y de test antigénicos, se plantea realizar dos determinaciones de antígenos (con un intervalo de 48 horas entre una y otra) y el residente no podrá participar en actividades grupales mientras tanto. Y si el centro no tiene enfermeros, se activará un circuito dependiente de Atención Primaria, para citar al residente en el punto centralizado que corresponde por centro de salud al que esté asignado el residente para realizar una PCR lo más cercana posible a las 48 horas antes de la vuelta a la residencia. La prueba no se puede hacer en el centro de salud más cercano al domicilio donde el mayor pasa sus vacaciones porque hay una correlación entre la orden clínica y el laboratorio al que hay que enviar la muestra, aclara el protocolo.

Para facilitar la organización de las salidas y las pruebas, los residentes con IgG – o sus familiares deberán comunicar al centro residencial si estas se van a producir antes del 13 de diciembre. El centro que tenga enfermería trasladará la lista a la Dirección General de Atención al Mayor y la Dependencia ([email protected]) y el que no, al CIRA ([email protected]), que remitirá la cita para la prueba al centro y al residente y su familia. El residente se realizará la PCR en el punto asignado. Los resultados negativos se recibirán por SMS y los positivos, a las unidades de atención a residencias (UAR)/centro de salud para su comunicación al centro residencial.

Fuente: https://elpais.com/

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