Degeneración macular

ancianos ojos

Los ojos nos ayudan a procesar datos, a apreciar lo bello y a cuidaros del amenazante mundo que nos rodea. Con la edad, muchas de nuestras facultades se ven comprometidas y nuestros ojos no escapan de ello.

Los ojos, también llamados las ventajas del alma son unas de nuestras principales herramientas para relacionarnos con el mundo. Diferenciar colores, ver la son risa de quien más queremos y decidir cuál ropa nos sienta mejor, son todas habilidades vinculadas al funcionamiento adecuado de nuestras retinas.

Gracias a impulsos eléctricos que se transmiten mediante células especializadas de la retina cuando esa es impactada por rayos de luz, el nervio óptico envía señale al cerebro que serán decodificadas e interpretadas como imágenes, distancias, profundidades y formas.

Esta importante función e desarrolla en 10 capas que componen la retina, y que son atravesadas por la luz, una de ellas, la mácula, se encarga de la visión fina, de aquellos pequeños detalles que conforman un todo. Ahora, ¿qué sucede cuando algo obstaculiza el paso de la luz a través de la mácula?

Una mancha

La mácula es una zona de la retina cuya función es captar los detalles de las cosas. Es a través de la mácula que diferenciamos letras, rostros y especificidades como granos de arena cayendo en un reloj, finura de los bordados en una alfombra o pinceladas en un cuadro.

Esta “mancha” (pues este es el significado de mácula en latín) se haya ubicada en la parte posterior de la retina y se diferencia de otras capas por su grosor mayor. Cuando ésta se ve afectada se llega a la pérdida de la visibilidad, proceso que, por ser gradual, puede pasar desapercibido en sus primeras etapas es, además, indoloro.

Siendo éste el sector de mayor agudeza visual, en estado avanzado el afectado por ésta degeneración de la retina mantiene una visión periférica acertada, pero con una ausencia de percepción del detalle, pues afecta particularmente la vista hacia adelante que empleamos en el reconocimiento de facciones, la costura, la escritura, un sinfín de actividades.

En el caso de padecer dicha enfermedad se debe tener en cuenta que la afectación de la mácula puede ser leve, y que, si bien puede evolucionar hasta llegar a ser grave, existe tratamientos oftalmológicos que disminuyen consecuencias.

Tipos

La DMAE son las siglas que abrevian: Degeneración Macular Asociada con la Edad; de ella existen dos tipos: La DMAE seca y la húmeda.

DMAE seca: Es aquella que se produce cuando las células que componen la mácula van perdiendo sus facultades gradualmente generando la pérdida de la visión central en el ojo afectado (ya que la DMAE de ambos tipos puede afectar uno o los dos ojos a la vez). Su síntoma más común es la “visión borrosa”.

Se caracteriza por la presencia de drusas, éstas son depósitos amarillentos de material extracelular que se encuentran bajo la retina; que no se presentan con frecuencia en individuos menores de 45 años, pero son habituales en personas mayores de 65 años.

DMAE húmeda: Este tipo degeneración sucede cuando vasos sanguíneos anormales comienzan a crecer bajo la mácula, dichos vasos son además de alta fragilidad deviniendo por ello su ruptura y posterior goteo de sangre entre otros humores.

¿Cómo saber si presento DMAE?

Pacientes mayores de 45 años, afectados por diabetes hipertensión arterial, fumadores, dislipidemia entre otros, deben prestar mayor atención y cuidado al funcionamiento de sus retinas pues son más proclives a padecer dicha enfermedad, por lo que es siempre recomendable acudir al galeno especialista y someterse al chequeo correspondiente.

Las pruebas con las que se realiza el despistaje son:

  • Prueba de agudeza visual.
  • Dilatación de pupilas.
  • Tonometría; toma tensión ocular.
  • Visualización de la rejilla de Amsler; similar al tablero de ajedrez, su diseño ayuda a detectar si alguno de los ojos está siendo afectado por esta enfermedad.

Tratamiento

Para combatir la DMAE seca se ha probado exitosamente el suministro de dosis altas de antioxidantes y zinc. En el caso húmedo, puede tratarse con cirugía láser, terapia fotodinámica e inyecciones aplicadas directamente al globo ocular.

Importante

El daño a la mácula ocurre a una velocidad impresionante, ocasionando así una veloz pérdida de visión más severa que en el caso de la DMAE seca. Se caracteriza por la visión ondulada de las líneas rectas y es posterior a la forma seca, es decir, quienes presentan el tipo húmedo, presentaron primariamente las drusas que caracterizan el tipo seco.

De ambas formas de degeneración, la forma seca es la más común presentándose en un 85% de quienes padecen dicha enfermedad. Sin embargo, son quienes presentan el tipo de DMAE húmeda los que tienen mayor tendencia (casi dos tercios de ellos) a perder la visión.

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