El dolor de cabeza es un malestar que todos hemos padecido en algún momento de nuestra vida por diversas razones como: insomnio, hambre o cansancio. El síntoma es normal, el problema reside cuando este se transforma en una enfermedad crónica que afecta nuestra calidad de vida.
Si cada vez los dolores se hacen más intensos, frecuentes y generalmente en la mitad de la cabeza, seguidos por signos de náuseas, visión borrosa y otros, es muy probable que padezcas migraña, una condición también conocida como jaqueca.
La migraña es un intenso dolor que puede llegar a impedir realizar actividades diarias, ya que afecta distintos sentidos, modificando tu rutina. La migraña no tiene cura, es una enfermedad crónica. Esta patología suele afectar con frecuencia a más mujeres que hombres, y a la población adulta (20 y 30 años). Sus causas son múltiples, ya sea por estrés acumulado, o la ingesta de ciertos alimentos; sin embargo, es tan complejo que no todas las personas presentan síntomas por los mismos motivos.
Síntomas:
El síntoma generalmente reconocido de la migraña es el dolor intenso en la mitad de la cabeza; pero este no es el único, la patología puede ir acompañada de otros signos que reflejaremos a continuación:
- Perturbación en la vista, audición, sensibilidad en la percepción de olores y sabores.
- Sensibilidad a la luz, los sonidos, los olores o el movimiento, lo que provoca náuseas y vómitos.
- Malestar gástrico, dolor abdominal, pérdida de apetito, sensación de mucho calor o frío y palidez.
Causas:
A ciencia cierta aún no está claro por qué ocurre la migraña; hasta ahora se ha manejado con la teoría neurovascular, la cual indica que se inicia a través de un mecanismo que afecta las estructuras neuronales del cerebro, las que a su vez activan el sistema vascular de las meninges, responsable del dolor.
Sin embargo, hay ciertos alimentos que pueden desencadenar un ataque de migraña; entre ellos destacan: el queso añejo, el chocolate, el vino tinto, el glutamato mono sódico (un realzador del sabor que con frecuencia se encuentra en algunos alimentos), alimentos procesados o fermentados, algunos productos lácteos, el maní, las nueces, la cafeína, el edulcorante artificial y el alcohol.
Además, las mujeres son más propensas a padecerla por sus constantes cambios hormonales, durante el embarazo, cuando consumen píldoras anticonceptivas, y durante los periodos menstruales o la etapa de la menopausia.
Otro factor relevante es el estrés, el cual va modificando algunos neurotransmisores paulatinamente y, por ende, produce fuertes crisis.
Alimentos preventivos:
Los cambios bruscos de alimentación pueden incidir en que los episodios de la migraña sean más fuertes y frecuentes, pero para controlar su manifestación y minimizar los riesgos de padecerla, puedes consumir en tu dieta diaria lo siguiente:
Carbohidratos: Estos proporcionan energía al organismo y contribuyen a evitar cambios bruscos en los niveles de azúcar en la sangre; pueden ser granos, pan, cereales y preferiblemente integrales y papas. Su ingesta reduce la fatiga y proporciona un efecto tranquilizador en el organismo.
Frutas y verduras: Todas tienen muy bajo aporte calórico y prácticamente nada de grasa; sus niveles de azúcares y fibra ayudan a eliminar las toxinas del organismo por medio de las heces. Su variedad es tan amplia como las posibilidades de combinarlas. Si las comes en ensaladas, procura no añadir aderezos.
Sabías que.
- Aproximadamente el 70% de los pacientes tienen historial de familiares con migraña.
- Por lo menos entre un 20% y 50% de los afectados por esta patología son mujeres.
- En Reino Unido se producen 190.000 ataques de migraña al año.
- Es importante tener horarios de comida ordenados y evitar pasar más de tres horas sin ingerir alimentos.