En este post te explicaremos sobre los factores de riesgo, tratamiento y recomendaciones sobre la presbiacuasia…
Cuando se llega a una edad madura, no entender las conversaciones en ambientes ruidosos es un signo que debe hacernos sospechar la presencia de esta patología, debido a que, en la vejez se produce un deterioro del sistema auditivo entre los 60 y 65 años, por lo tanto, se pierde gradualmente la capacidad auditiva.
Podemos oír gracias al complejo mecanismo que conforma nuestro oído. Este se divide en tres partes: externo, medio e interno.
En primer lugar, las ondas sonoras llegan al oído externo, golpean el tímpano y hacen que vibre. Las vibraciones de la membrana timpánica se transmiten a la cadena de huesecillos compuesta por el martillo, el estribo y el yunque, en el oído medio, y de aquí pasan a la cóclea, que se encuentra en el oído interno.
La cóclea convierte las vibraciones causadas por el sonido en impulsos eléctricos, que son enviados al cerebro a través de las terminaciones nerviosas. Esto nos permite oír.
Interno o externo.
Un fallo en cualquiera de los eslabones de la cadena, puede dar lugar a una pérdida completa o parcial de nuestra capacidad auditiva. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que hay dos tipos de defectos de audición en función de la parte del oído que se vea afectada. Así, un defecto de audición conductivo implica un problema en el oído externo o medio, mientras que un defecto de audición de tipo neurosensorial encierra una afección del oído interno o del nervio auditivo.
La OMS señala que un defecto de audición conductivo es, a menudo, susceptible de tratamiento médico o quirúrgico. Un ejemplo común es la infección crónica del oído medio. Sin embargo, el defecto de audición neurosensorial casi siempre es permanente y para mitigarlo se suele recurrir al uso de audífonos.
Factores de riesgo Presbiacusia
Los principales factores de riesgo de presbiacusia son, la exposición a la contaminación acústica de manera crónica, los medicamentos ototóxicos y las enfermedades generales que afectan al organismo, además de la edad.
Para prevenir esta patología debemos evitar, en la medida de lo posible, la exposición a ambientes ruidosos y controlar adecuadamente los problemas médicos que pueden empeorarlas.
Capacidad neurosensorial.
La presbiacusia es, por lo general, una alteración de la capacidad auditiva sensorial. Dicha afección consiste en una pérdida gradual de la audición. Esta patología solía aparecer a partir de los 65 años, pero, en la actualidad, con el ruido ambiental al que estamos sometidos, la edad de aparición está descendiendo y la presbiacusia puede darse incluso a los 50 años.
Oímos menos.
Hay algunos signos que pueden hacernos sospechar que existe la presbiacusia. Creemos que oímos menos, pero, fundamentalmente, no entendemos las conversaciones cuando estamos en ambientes ruidosos como reuniones familiares, profesionales o cuando suena la televisión de fondo.
Para las personas con presbiacusia el habla de otros puede parecer un murmullo, del mismo modo, la voz de un hombre es más fácil de oír que la inflexión alta de la voz de una mujer, ciertos sonidos pueden parecer molestos o excesivamente fuertes.
Tratamiento.
La presbiacusia carece de tratamiento curativo. No obstante, se puede paliar con la utilización de audífonos, siempre y cuando estén bien adaptados al individuo. La adaptación de prótesis auditivas puede intentarse en todos los afectados por la presbiacusia, aunque en casos evolucionados es posible que no se den buenos resultados.
Recomendaciones para hablar con una persona que padece presbiacusia.
Sea como sea, es posible ayudar a las personas con problemas auditivos a comunicarse mejor.
- Mira de frente a la persona que tiene pérdida de audición para que ella pueda ver tu cara cuando le hables.
- Es importante tener luz de frente al hablar, esto permite que la persona con deficiencia de la capacidad auditiva observar las expresiones faciales, los gestos y los movimientos corporales y de labios, claves que facilitan la comunicación.
- Apagar la radio o la televisión durante las conversaciones.
- No cubrirse la boca con las manos al hablar y no hablar mientras se mastica.
- Hablar un poco más fuerte de lo normal, pero sin gritar, ya que el grito puede distorsionar el habla.
- Hablar a velocidad normal sin exagerar los sonidos y reformular las afirmaciones con oraciones más cortas y sencillas si la persona con pérdida de audición no las ha entendido.
Estas indicaciones facilitarán la comunicación de las personas con presbiacusia y, en cierto modo, ayudarán a prevenir su aislamiento.